Seguro que todos hemos escuchado departir de los problemas conectados con la alimentación, hemos escuchado hablar de anorexia y ademas sabemos a qué nos referimos en el tiempo que hablamos de bulimia. Sin embargo, es muy posible que no podamos hacernos una imagen del gran padecimiento que estos problemas acarrean cuando se sufren, tanto para la persona que ha desarrollado un problema de este género, como para su entorno más próximo.
Los comienzos no coinciden jamás con un solo motivo: un complejo físico instaurado ya desde la niñez, una predisposición extrema a la auto exigencia, una serie de problemas emocionales no resueltos… Los antecedentes,, las contrariedades y las diferentes condiciones interactúan entre sí y hablamos habitualmente de orígenes debidos a heterogéneas causas.
A partir de ahí, los desencadenantes pueden ser igualmente dispares. Aparentemente todo puede empezar como una iniciativa opcional de vernos más guapos, sentirnos mejor con nosotros mismos o simplemente ganar algún aspecto particular de nuestro físico que jamás nos ha complacido.
Con el paso del tiempo, lo que empezó como un planteamiento ingenuo puede transfigurarse en el centro de nuestras vidas, dejando a un lado aficiones, amigos, familia, tareas, estudios, planes y, en último lugar, dejándonos de lado a nosotros mismos como individuos y abandonándonos.
El objetivo de este relato es formar una pequeña introducción sobre estos problemas, desde la cual poder hacer llegar nuestra comprensión y nuestro fondo a la masa que sobrelleva un problema relacionado con la disposición alimentaria, ya sea en primera o en segunda persona.
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