¿Necesitáis cambiar algunos componentes del coche y no sabéis cuándo es bueno acudir a un desguace y ahorrarnos un dinero y cuándo debemos comprarlos de primera mano? Os cuento mi experiencia y mi opinión al respecto.

En primer lugar os digo que considero que hay piezas que merecen muchísimo la pena comprarlas en un desguace. ¿Por qué? Por varias razones. En primer lugar porque si tenéis buen ojo, podéis conseguir componentes casi intactos que están en los desguaces porque han pertenecido a coches nuevos o semi nuevos que han sufrido un  siniestro. Y en segundo lugar, porque hay piezas en los que la diferencia de precio entre las nuevas y las de segunda mano es bastante considerable. En este apartado están en el puesto número 1 los motores. Un motor nuevo supone un desembolso de entre 4000 y 6000 euros aproximadamente. Uno de segunda mano puede costar unos mil euros. En el caso de las lunas y lunetas, al ser cristal el estado de conservación puede ser bastante bueno y salirte muy rentable la compra. Nuevas te pueden costar 300 euros y usadas unos 100 euros.

Por otro lado comprar piezas de desguace a veces no merece la pena. ¿Por qué? Porque son más delicadas y la diferencia de precio entre una nueva y una de segunda mano tampoco es tanto. En el caso de los asientos por ejemplo, depende. Si están de buen uso, merecen la pena comprarlos en un desguace. ¿Por qué? porque nuevos te pueden costar unos 300 euros y de segunda mano unos 80. Pero si los que venden en los desguaces están hechos unos zorros y además tienes que limpiarlos con algún producto, etc. realmente es mejor que apuestes por unos nuevos. En el caso de los motores de arranque por ejemplo uno nuevo cuesta 140 euros y uno usado unos 60 euros. En casos como éste apuesta siempre por piezas nuevas.

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